Comentario musical

 

Dos espectáculos musicales en ámbitos no convencionales

Celina Hurtado

En este mes y el mismo fin de semana hemos tenido la oportunidad de disfrutar de dos excelentes espectáculos musicales en ámbitos no convencionales. Y no me refiero solamente a que no se llevaran a cabo en teatros o salas de concierto, sino también y sobre todo, a que cada uno de ellos implicaba una cierta “puesta en escena” que propiciaba –y consiguió–  la interacción con el público, que el asistente fuera en cierto modo participante, tendencia que va afianzándose cada vez más.

El primero tuvo lugar el viernes 14, a las 18, en la Parroquia Ortodoxa San Martín de Tours de la Iglesia Ortodoxa Argentina y estuvo a cargo de la Cantoría Juvenil de La Merced de Córdoba.

Digamos algo sobre esta propuesta tan interesante, conforme nos informa el flyer de promoción: se formó en el año 2019 y es una de las tres agrupaciones corales del proyecto cultural de la Orden de la Merced, proyecto creado hace ya 20 años por el Maestro Santiago Ruiz, Director de la Cantoría de La Merced y el Padre Pablo Ordoñe. Está integrada por jóvenes de entre 15 y 25 años. Dirigida por la Maestra María Paula Gómez ha realizado presentaciones en la Ciudad de córdoba y en localidades del interior de la provincia. También organiza, dos veces por año, las “Cantoriadas”, que son encuentros de coros juveniles en los que algún director/a invitado/a propone obras para trabajar en una jornada de convivencia, ensayo y concierto de cierre.

Aborda un repertorio amplio, como hemos podido escuchar: sacro (“Ave María” de Carlos Schoulter, “Gloria” de Athos Palma), académico (“In This Heart” de Sinead O’Connor) y popular (“Vasija de barro”, trad. ecuatoriano, de Benítez-Valencia, “La Puerca” trad. venezolano,  Arr. De Rafael Suárez) mayormente de compositores y arregladores argentinos entre los que se destacan las versiones sobre temas de Charlie García (“Canción de Alicia en el País”, Arr. de Javier Zentne, “Desarma y Sangra”, Arr. De Joaquín Morales Dávila)

Digamos algo con respecto al lugar y el entorno. Muchas iglesias ofrecen su espacio para conciertos; en algunos casos, como los de órgano, sólo son posibles en ellas.  Pero en general son iglesias de arquitectura y disposición tradicional, con bancos-reclinatorios fijos y lugares bien diferenciados (las naves, principal y laterales, los altares, principal y secundarios, etc.). La Parroquia San Martín de Tours es completamente diferente. En primer lugar es una casa, es decir, tiene una fachada y una entrada diríamos “doméstica”, para llegar al templo, que es un gran espacio con una decoración discreta en los laterales (las imágenes del Via Crucis y alguno íconos), que destacan el altar en forma de concavidad, de un estilo bizantino clásico.  En lugar de reclinatorios fijos, el templo tiene bancos de madera como para tres personas cada uno, móviles, y sillas en los laterales. De modo que ese mobiliario puede correrse, eventualmente sacarse o disponerse dejando espacios diferentes de los adecuados al culto.

El coro se ubicó entre el público antes de su actuación y luego, con el comienzo coral, se reunieron pasando desde atrás por ambos laterales e intermedios hasta llegar ante el altar, logrando de este modo diversos matices sonoros. Sus voces son límpidas, bien afinadas y cantan con mucho entusiasmo y expresión corporal, especialmente las obras populares. Es sin duda un repertorio limitado y con arreglos sencillos; esta opción de la dirección parece muy acertada porque se logran resultados altamente satisfactorios, que tal vez no se conseguirían con composiciones más extensas (cuanto más extensa y sin cortes más difícil a capella) o más comprometidas (tanto en la armonización como en la tesitura de cada cuerda). Sin embargo, es un grupo que está en condiciones de alcanzar más altas cotas corales en un futuro no lejano,

En un vídeo tomado en vivo se pueden apreciar estas características.

Cantoria Juvenil - https://youtu.be/h_mtVJMxJD8

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El segundo tuvo lugar el sábado 15 a las 17 h en el Teatro Empìre  y fue la representación de la ópera “Dos Pasquale” de Gaetano Donizetti (segunda función, la primera una semana antes) por el grupo Nova Opera,

Contó con el siguiente reparto. Soliostas: Don Pasquale, Agustín Albornoz; Norina, Lorena Sayegh; Ernesto, Jorge Collazo;  Malatesta, Tomás Eckart; Notario, Luciano Allievi. Coro; Sopranos; Victoria Barra, Macarena Urg y Paula Cabrera. Mezzos; Aldana Calabrese y Romina Maggi. Tenores: Ariel Méndez y Ricardo Faría,  Bajos: Germán Rodas y Agustín Adúriz-Bravo

La Dirección Musical estuvo a cargo de Rita Casamajor y la Dirección Escénica de Emilio Urdapilleta. La Asistencia Escénica fue llevada por Ariel Méndez; la Caracterización por María Corina Sayegh, el Vestuario es de Paula Daniela Cabrera y el Sobretitulado de María Fernanda Vielma

La representación se llevó a cabo en el hall del teatro, y sin  demarcación de escenario, con sillas movibles de modo que el público se colocaba al mismo nivel y muy cerca de los cantantes y era como si asistiera a sus conversaciones. Con una escenografía minimalista (una mesa con lámpara y dos sillas para la sala de Don Pasquale y otro tanto para la de Norina, un poco más lejos) y un sillón del otro lado, los cantantes-actores tenían espacio para incluso dirigirse al público como si le estuvieran contando algo. El piano en un costado y al lado de las sillas formaba parte de ese conjunto en el que estábamos todos interesados en la acción. Un acierto de la puesta fue ubicarla en una época que podría ser 1020 (el programa dice Buenos Aires y resulta muy agradable pensar que así pudo haber sido y que estábamos en el lugar de nuestros bisabuelos)) puesto que el entramado argumental lo consiente y como ópera bufa se aceptan recursos actorales más amplios.

Los cantantes son voces jóvenes, de valor y bien preparadas. El personaje central estuvo muy bien diseñado tanto en lo vocal como en lo escénico, y fue un oportuno pendant de Norina, encarnada por una soprano de voz llena, simpática y expresiva, que disimula perfectamente la falta de “físico del rol” pues es “llenita”, pero su impecable canto (el aria inicial fue todo un acierto) y su capacidad escénica le granjearon el aplauso más nutrido del público. Ernesto es un tenor de vos chica pero bien timbrada y agradable, canta con mucha convicción y si bien sus recursos escénicos parecieron más limitados que los otros, salió airoso en un papel que exige estar muy atento a los otros tres personajes porque la obra no da respiro y su ritmo no permite distracciones. La serenata del tercer acto, lamentablemente, fue cantada desde muy lejos (tras el telón del fondo) y se perdió un poco el efecto de esa melodía exquisita. Malatesta es central en el nudo argumental y si bien su parte cantada es tan difícil como las otras, tiene menos lucimiento propio; en este caso la solvencia de la conjunción lo hizo quedar muy bien en los dúos sobre todo, y su labor escénica fue magnífica. El notario, un papel pequeño pero relevante, fue cumplido con mucha probidad.

El coro merece una mención especial porque sus miembros no sólo logran transmitir el aspecto bufo de la música sino también lo escénico. Acompañan con sus trabajos en la casa de Don Pasquale, desde que los espectadores entramos a la sala buscando nuestros sitios. Interactúan entre sí y con los personajes principales pero también con el público al que a veces se dirigen como si fuéramos invitados en la sala donde tienen que servir, o pasar el plumero (un solo detalle: uno pasa el dedo por un mueble y le indica a la doncella del plumero, la cual parece que no le hará caso cuando se da vuelta, pero mira al público, testigo del gesto y que “ha visto” el polvo y se pone a limpiarlo).

Una palabra de felicitación para la pianista. Llevar una ópera sin intervalos, pues no hubo cortes entre acto y acto, logrando “sostener” a los cantantes (todos sabemos que la orquesta sostiene mucho más que el piano solo) sin superponerse innecesariamente a los ellos pero manteniendo la necesaria sonoridad con la tapa cerrada es un esfuerzo digno de encomio. Es comprensible que se haya omitido la Obertura, que luce en forma orquestal y dada las características de la puesta, no era necesaria. Como “comentario” de lo que viene lo hicieron bien los coristas-actores.

Unas tomas de video –con toda la imperfección propia de que se hicieron en medio de la función– dan la idea de lo que fue este espectáculo que, desde el espectador-testigo casi podría considerarse una perfomance. Son experiencias muy enriquecedoras y recomendables.

Opera Nova - https://youtu.be/x5wL4YX3zFU

 

Carta de San Martín a Godoy Cruz sobre la Independencia

 

 

Mendoza, 24 de mayo de 1816.

Señor don Tomás Godoy y Cruz.

 Mi amigo y paisano:

 Tengo a la vista la de usted del 12 y en su consecuencia he prevenido a Bargas el desarreglo en que se hallan los correos a ésa; éste ha quedado en remediarlo, pero para esto es necesario que se establezca posta de la Rioja a Catamarca y de ésta a Tucumán que no la hay.

 Veo lo que usted me dice sobre el punto de la independencia no es soplar y hacer botellas; yo respondo a usted que mil veces me parece más fácil hacerla que el que haya un solo americano que haga una sola.

 Ya sabe usted que de muy poco entiendo, pero de política menos que de nada, pero como escribo a un amigo de toda mi confianza me aventuraré a esparcir un poco de erudición gabinetina; cuidado, que yo no escribo nada más que para mi amigo.

 Si yo fuese diputado me aventuraría a hacer al congreso las siguientes observaciones, para el efecto haría mi introducción de este modo, propio de mis verdaderos sentimientos:

Soberano señor: Un americano republicano por principios e inclinación, pero que sacrifica estas mismas por el bien de su suelo hace al congreso presente:

1º Los americanos de las Provincias Unidas no han tenido otro objeto en su revolución que la emancipación del mando del fierro español, y pertenecer a una nación.

2º ¿Podremos constituirnos República sin una oposición formal del Brasil (pues a la verdad no es muy buena vecina para un país monárquico) sin artes, ciencias, agricultura, población, y con una extensión de tierra que con más propiedad puede llamarse desierto?

3º ¿Si por la maldita educación recibida no repugna a mucha parte de los patriotas un sistema de gobierno puramente popular, persuadiéndose tiene éste una tendencia a destruir nuestra religión?

4º ¿Si en el fermento horrendo de pasiones existentes, choque de partidos indestructibles, y mezquinas rivalidades no solamente provinciales sino de pueblo a pueblo, podemos constituirnos nación?

5º ¿Si los medios violentos a que es preciso recurrir para salvarnos tendrán o no los resultados que se proponen los buenos americanos, y si se podrán o no realizar, contrastando el egoísmo de los pudientes?

Seis años contamos de revolución y los enemigos victoriosos por todos lados nos oprimen: falta de jefes militares, y nuestra desunión son las causales. ¡Y se podrán remediar!

Puede demostrarse que no podemos hacer una guerra de orden, por más tiempo que el de dos años, por falta de numerario: y si sigue la contienda, no nos resta otro arbitrio que recurrir a la guerra de montonera y en este caso sería hacérnosla a nosotros mismos.

 Ya está decidido el problema de la Inglaterra, nada hay que esperar de ella.

 Ahora bien, ¿cuál es el medio de salvarnos? Yo lo sé, pero el Congreso lo aplicará como tan interesado en el bien de estos pueblos; resta saber, que si los tales medios no se toman en todo este año no encuentro (según mi tosca política) remedio alguno. Se acabó.

 Mucho me ha tranquilizado lo que usted me dice acerca de la probabilidad de la unión del Paraguay y de la Banda Oriental.

Dios lo haga, pero yo apostaría un brazo que no se verifica y aseguro a usted por mi honor, que me alegraría perderlo; el tiempo por testigo. Ya no creo necesaria mi ida a ésa en razón de que Pueyrredón me escribe me entienda con el director interino en un todo, en el entretanto él regresa.

 Yo lo celebro mucho pues mi mala salud habría padecido mucho con tal viaje.

 He vuelto a emprender la construcción del campo de instrucción y voy a extenderlo para tres tantos más que el ya construido: sin este arbitrio no habrá soldados.

 Sigue la intranquilidad por ésta, pero el numerario me apura mucho.

 Su señor padre está completamente sano y más robusto que nunca, lo mismo le sucede a Molina.

 Muchas cosas a los compañeros, quedando como siempre su amigo Q. B. S. M.

 José De San Martín.

 

Fuente

Autógrafo. MM. Documento número 562. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires, 1910, tomo V, pág. 542-544.