Día de la
Danza 2021
Creadoras
argentinas cuarenta años después
Varios creadores respondieron incluso con programas y fotos. Por esos avatares del destino, el proyecto no pudo concluirse con respuestas de los inicialmente programas y un tiempo después quedó paralizado. Pasados tantos años, ya no vive ninguno de los que me respondió y me he propuesto publicar un libro para recuerdo y homenaje de estos creadores. Aun cuando sea un resultado mucho menos amplio del inicialmente concebido, quienes me respondieron son sin duda grandes creadores e iniciadores de la danza moderna argentina.
Como un anticipo de este libro en preparación, presento ahora, en celebración del Día Internacional de la Danza 2021, las respuestas a ese cuestionario que me dieron dos creadoras argentinas muy queridas. Paulina Ossona, a quien conocí junto a su esposo el pintor Bruno Venier, es una de las grandes pioneras que en Buenos Aires trabajó incansablemente por ampliar las posibilidades de la danza moderna para todos los bailarines que no estaban institucionalizados o contratados por los grandes centros de la danza, es decir, los teatros oficiales. Ayudó creando grupos, haciendo comentarios y críticas en los diarios y revistas (especialmente en La Prensa) de esos pequeños núcleos de arte que no eran atendidos por otros críticos, y también creando coreografías para todos los que se acercaban y lo pedían. Aunque no estudié con ella, aprendí cuando me puso coreografías y me fue dando consejos; también tuvo amables críticas a mis interpretaciones y a mis modestas obras coreográficas. Esto habla de su gran valor humano además del artístico. Renate Shottelius fue mi interlocutora en mis primeros pasos como publicista en ámbitos internacionales, especialmente en la célebre revista Monsalvat de Espala. Su vasta experiencia y su generosidad me permitieron iniciar con ella notas que fueron muy bien recibidas; incluso me sugirió algunas preguntas y temas para ampliar los que yo proponía y todo ello no en beneficio propio sino de otros entrevistados, de modo que quedaran bien valorados en los medios de prensa.
Es para mi una gran satisfacción compartir lo que escribieron para ese libro que no llegaron a ver, pero que hicieron posible y que ahora está en marcha.
Celina Hurtado
Respuesta a las preguntas
1. ¿Cómo caracteriza su obra y su estilo?
Paulina
Ossona
En el transcurso de mi aprendizaje sed ha ido formando esto que puede denominarse mi estilo, y que es solamente la forma de hacer las cosas de modo tal que sean una confesión de mi manera de sentir y de pensar plasmada en el movimiento.Todo en mi danza nace del sentimiento y esta emoción busca su cauce a través del cuerpo, recorriéndolo internamente para volcarse en formas que se organizan en el tiempo y el espacio. Muchas fueron las influencias que fueron dejando en mí las distintas escuelas y estilos, por eso quizá en una época los bailarines modernos se catalogaban como artistas clásicos y los clásicos como modernos. Mis dos leyes principales fueron y seguirán siendo: que la emoción sea el origen del movimiento, que ese movimiento se elabore hasta constituir por sí mismo, despojado del sentimiento que le dioorigen, un hecho estético sólido y emotivo.
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Renate
Schottelius
El estilo de mis obras es caracterizado muchas veces como expresionista. Supongo que esta denominación es correcta si no nos detenemos en el expresionismo de los años 20 únicamente. Indudablemente quiero expresar mis pensamiento y sentimientos a través de mis obras, como también hacer comentario de la época que vivimos o -en ciertos casos- crear únicamente sensaciones y climas artísticos. Trato de usar el cuerpo humano como instrumento artístico y para expresar sensaciones, sentimientos, formas, dinámicas ritmos y diseños que en su totalidad puedan transmitir al espectador el mensaje de la obra. No siempre este mensaje es narrativo, sino que muchas veces se trata de transmitir en forma abstracta un clima, o un sentimiento, o una expresión o sensación humanas. El propio espectador sentirá la intención de la obra, aunque tal vez tenga impresiones realistas con respecto a ella, que pueden diferir de un espectador a otro, o incluso pueden diferir de mi propia inspiración, pero no de mi propia intención. Y trato siempre de que los decorados, trajes y luces estén muy de acuerdo con mis ideas y colaboren con el mensaje de la obra, sin usurpar el primer plano. Prefiero componer mis obras con música original. Esto no siempre es posible, pero tuve esa suerte en varias oportunidades.
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2. ¿Qué aspectos (formación, lugares de trabajo, maestros, viajes, etc.) favorecieron su ceración y cuáles fueron las dificultades más generales que encontró?
Paulina
Ossona
Mi formación clásica me brindó la solidez de una escuela detallista y metódica aunque poco apta para los desbordes emotivos que caracterizaban los primeros tiempos de mi actuación como creadora e intérprete. Margarita Wallman me reveló la posibilidad de una nueva escuela, Miriam Winslow me enseñó la severidad, Clotilde y Alejandro Sakaroff la sutileza, Masami Kuni la importancia de la forma como abstracción. Con mi esposo, el pintor Bruno Venier, aprendí a analizar las formas infinitas de las posiciones de la figura humana con el objeto geométrico en el espacio y con Sigurd Leedder asimile la metodología de la escuela contemporánea en sus múltiples aspectos. Las dificultades más grandes que encontré fueron: mi propia discreción, que me impedía el auto elogio tan común y eficaz en nuestro ambiente, un orgullo en la conducta, que no me permitía pedir como favor lo que consideraba un bien ganado derecho y un desprecio y repulsión por la intriga y la zalamería.
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Renate
Schottelius
Si bien fue una experiencia muy dura y nada prevista –ya que mi carrera debería haberse desarrollado en la Ópera Municipal de Berlín, donde comencé- fue sumamente importante para mi desarrollo artístico haber emigrado a la Argentina. De esta forma tuve experiencias y luchas que nunca hubiese encontrado en una carrera hecha en un solo lugar, cosa que pude comprobar veintitrés años después, al visitar Berlín y encontrarme con algunos compañeros de estudio de mi juventud, que sí habían hecho dicha carrera. Tu ve una carrera artística sumamente feliz durante veinticinco años de mi actuación como bailarina y coreógrafa en la Argentina. Indudablemente influyó mucho en todo esto el año que tuve la suerte de pasar en Nueva York, estudiando con grandes maestros. Retrospectivamente veo mi carrera de pionera de la danza moderna en Argentina con mucho placer, sobre todo al ver los frutos de las semillas que puse durante tantos años. No siempre fueron años fáciles, y a veces cansaba y entristecía el hecho de que casi a todo momento hubo que empezar de nuevo. Por eso me llenó de alegría y casi de sorpresa que al comenzara a trabajar en EE.UU, Suecia y otros países, inmediatamente fui reconocida y aceptada como artista seria y de repercusión mundial.
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3. Opinión sobre la creación coreográfica argentina
Paulina Ossona
La creación coreográfica argentina no es mejor ni peor que la de otros países, pero tiene muy pocas posibilidades de realización, por lo cual quedan cercenadas las posteriores etapas de desarrollo y perfeccionamiento. En la última presentación masiva de coreógrafos que se denominó Danza Abierta, se notó una tendencia hacia la temática nacional; desgraciadamente se vuelve a cometer el error de juzgar como argentino solamente lo porteño y de esto mismo exclusivamente lo banal y orillero con una exaltación de los bajos fondos. Sin embargo, es de esperar que la corriente e autoanálisis continúe, para forjar un arte de fuerte personalidad.
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Renate
Schottelius
Creo que aquí hay creadores coreográficos muy interesantes y valiosos; a veces sucede, y considero que esto es una gran lástima, que estos creadores se van a otros países por no encontrar apoyo suficiente en el propio. Y si han intentado volver, no se les ha tratado siempre con el interés y respeto merecido. Algunos ejemplos: Oscar Aráiz, Roberto Trinchero. Por estas razones encuentro admirable el espíritu y de sacrificio y seriedad de muchos coreógrafos de talento que e quedan en Argentina.
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4. Opinión sobre el futuro de la danza argentina
Paulina Ossona
Seguirá sin duda creciendo en número de intérpretes, estudiantes y realizadores, y en la medida en que se presenten oportunidades la calidad irá mejorando; de lo contrario seguiremos exportando bailarines, coreógrafos y profesores que no tienen la posibilidad de desempeñarse en la Argentina.
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Renate
Schottelius
Creo que el futuro de la danza argentina es
promisorio; he vivido cuarenta años de desarrollo de la danza en la Argentina y
puedo decir que a pesar de todo hay mucho progreso y mucho interés por parte del público. Hubo altos y bajos, épocas
más fértiles que otras, pero indudablemente hay una línea ascendente. Creo que
eso tiende a seguir, siempre un poco a triopezones, porque nuestro ambiente es
así y la improvisación es una característica de nuestro medio. Hay algo, en
cambio, que me parece negativo y es que el movimiento de danza argentina deba
pasar siempre por Buenos Aires, Los
jóvenes maestros y creadores se resisten a ir a trabajar al interior, donde hace muchísima falta la presencia de
elementos bien preparados. Yo sé que es difícil, pero cuando se empieza siempre
lo es, como lo fue en Buenos Aires
cuando comenzamos. Además aquí se espera siempre el apoyo oficial, mientras que
en otros países, como Francia o Estados Unidos, el mayor esfuerzo es
privado. Aquí también hubo, por ejemplo
en Córdoba, organizaciones privadas de mucho empuje y fuerza económica, que
traían artistas importantes y llenaban las salas, pero eso ha muerto, y hay que
volver a empezar. También sé que éste es un mal momento económico, pero creo
que no hay que quejarse demasiado; para nosotros y en algunos países de Europa
fue muy difícil, pero hay que luchar, tener menos pretensiones de lujo y puestas
en escena, volver a los recitales en los estudios (como se hace ahora incluso
en los EE.UU. porque es impensable pagar un teatro), porque todo eso es
imprescindible para la formación del futuro intérprete o creador.